Monday 26 September 2022

Don Conspiración contra los molinos de viento

Hace unos días tuve una conversación curiosa en twitter. Mi contertulio estaba muy enfadado por el precio de la electricidad (comprensible), y sostenía que las empresas estaban haciendo trampa: estaban manteniendo los molinos en los parques eólicos parados para tener que usar más gas y cobrar más. Su rabia estaba dirigida sobre todo hacia el gobierno que, según él, tenía que obligar las empresas a no parar los molinos (una variante del italiano “Piove, governo ladro”). Su punto de vista me llamó la atención en dos respectos.

Primero, mi contertulio era uno de esos liberales acérrimos defensores de la libertad de empresa, de los que dicen que el gobierno no debe meterse en los asuntos de las empresas, que el mercado lo arregla todo, y que hay que dejar que las empresas hagan sus negocios como mejor crean. Es, también, de los que acusan el gobierno de autoritarismo para prácticamente todo lo que el gobierno hace, desde la ley de memoria histórica hasta la autorización de un nuevo medicamento para la diabetes. Curiosamente, en el momento en que el comportamiento de las empresas lo toca de cerca (o cree que lo toque de cerca), resulta ser de los primeros en pedir una acción contundente y autoritaria del gobierno. Me parece que es un vicio muy común entre los liberales españoles: que el gobierno se mantenga al margen del mercado, pero sólo cuando les conviene. Si hay algo que no le gusta, son más gobernativos que un burócrata norcoreano.

EL segundo punto que me llamó la atención es, claramente, la historia de los molinos. No conseguía encajarla. Pregunté cuales eran sus fuentes y todo lo que conseguí es que “algunas personas” habían visto molinos parado en un día de viento, y hasta habían publicado un vídeo. Ahora bien, entiendo que en este 2022 publicar un vídeo en YouTube es el sello de garantía de la fuente más atendible, incluso si se trata de un vídeo de platillos volantes más falso que “Plan 9 from outer space”, pero le reproché que evidencia anecdótica de segunda mano, un vídeo publicado por “alguien que ha visto algo” no es la fuente mejor para hacerse una opinión. No conseguí nada. Nos saludamos con una cortesía un pelín forzada.

Hoy (viernes 23 de Septiembre), he viajado de Madrid a Murcia y, efectivamente, he notado que en gran parque eólico al Km. 160 de la A3 la mayoría de los molinos estaban parados. Al contrario de las fuentes de mi contertulio, la cosa no me ha sorprendido: el parque está todavía en construcción, se están probando los molinos, y la gran mayoría de ellos no están conectados a la red eléctrica (este hecho lo he comprobado hablando con un técnico de Iberdrola que se ocupa de energías renovables). Todos los otros parques que he visto (hay uno justo a lado al Km. 5 de la A31) estaban funcionando excepto, como mucho, un par de molinos (probablemente en manutención). ¿Es esto lo que han visto las fuentes de mi contertulio? ¿Ha intentado mi contertulio averiguar si este es el caso? Imposible saberlo.

Pero es bastante preocupante que cuando se ve algo raro (molinos parados en un día de viento) la primera explicación que se le ocurra a la gente es la teoría conspiratoria, que no se intente buscar otras hipótesis. Cuando no se tiene toda la información, es normal generar varias hipótesis para explicar lo que hemos visto. El sentido común nos sugiere encontrar una hipótesis sencilla y razonable y, en cualquier caso, a no tratar nuestras hipótesis como verdad absoluta.  En cualquier caso, antes de ponerse a publicar videos en YouTube acusando un poco a todos y un poco de todo, sería mejor buscar más información que un simple “un día pasaba por allí y vi esto”. Parece que, para muchas personas, esto no es el caso: se busca la hipótesis que más se adecua al enfado del momento, se busca un culpable entre los que queremos sean culpables, y allí nos quedamos.

Que sea claro: no es mi intención defender las empresas eléctricas. Creo que han tenido un comportamiento éticamente reprobable en esta crisis, que han ganado una cantidad increíble de dinero a costa de los consumidores, y creo que el impuesto a sus ganancias extraordinaria es una medida insuficiente pero justa. Pero meternos en teorías conspiratorias absurdas no ayuda a quien quiere acusar a las empresas por su comportamiento usando argumentos serios. Estas acusaciones no motivadas y no informadas, incluso si fueran ciertas, hacen el juego de las empresas: una vez que se desmontan estos bulos (y bulos tan burdes son muy fáciles de desmontar), incluso los argumentos más ponderados e informados perderán fuerza.

Por favor: información antes que todo, y basta con las teorías conspiratoria. Y, sí: Elvis ha muerto.

 

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