Thursday 31 March 2022

Como atacar creando una noticia allí donde no hay ninguna.

 En un periódico de la mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, ha aparecido una noticia bomba: ¡Yolanda Díaz se gasta 800.000 Euros en comida para su ministerio! ¡Y compra 200 Kilos de langostinos!

Es un ejemplo maravilloso de como se puede usar un periódico para denigrar a un adversario político sin que en realidad haya ninguna noticia, es decir, fabricando la noticia desde cero. Veamos un poco como están las cosas en realidad. En Nuevos Ministerios hay cinco ministerios y hay una cafetería que usan los dependientes de los cinco. Por razones organizativas, de la gestión y financiación de la cafetería se ocupa sólo un Ministerio, el Ministerio de Trabajo. Y, como en todas las cafeterías, cada año se hace la previsión de compra para todo el año. En este caso, hay una licitación, y una empresa privada se ocupará de proporcionar la comida durante todo el año.

Notamos que se trata de una cafetería de los Ministerios, pero el titular del periódico no habla de Ministerios, menciona directamente el nombre de Yolanda Díaz. Aquí empezamos a ver el verdadero objetivo del artículo: personalizando el titular se asigna implícitamente la responsabilidad de todo a un político que se quiere atacar, a pesar de que es muy improbable que sea el Ministro de Trabajo quien se ocupa directamente de la cafetería de cinco Ministerios. Una técnica que siempre funciona: identificar un enemigo y atacarlo personalmente. A la gente le gusta que haya un culpable, no le interesa saber como está estructurado el Ministerio.

El titular habla de esta cifra astronómica de 800.000 Euros, dejando entrever políticos sibaritas destendidos en triclinios en comidas lucullianas. En realidad, claro, la cafetería es para todos los dependientes, no para los políticos. Además, analicemos la cifra. Cinco comidas por semana, 50 semanas al año son 250 comidas, es decir, el coste es de 3.200 Euros al día. SI estimamos entre 500 y 1000 personas al día (son cinco ministerios muy grandes) por cada pasto se gasta entre 3.20 y 6.40 Euros. No la llamaría una comida sibarita.

También se habla de los 200 Kilos de langostinos. Veamos. En el mismo pliego se compran 1495 Kilos de merluza, 7.5 veces más que los langostinos. Si asumimos que la merluza se coma una vez a la semana (50 veces al año, lo normal en una cafetería) y aplicamos el ratio, resulta que se come langostinos 6 veces al año. Supongo que la cafetería los ofrecerá a los dependientes en navidad. Aquí también, no parece haber nada diferente de otras cafeterías de instituciones o empresas.

Así que, al final, echas todas las consideraciones, la noticia se queda en absolutamente nada. La noticia es esta: en Nuevos Ministerios hay una cafetería, y ha salido el pliego para la compra de comida para el año que viene.

Que se trate de un ataque mirado lo revela también otra circunstancia. Si uno mira a los años pasado, cuando el gobierno era de distinto color, encuentra pliegos casi exactamente iguales. Lo que se compra y se gasta este año es lo mismo que se compraba y gastaba cuando gobernaba el PP. La cosa, claramente, no sorprende: se trata de la misma cafetería, con los mismos comensales y, dado que de estas cosas se ocupan funcionarios de carrera, probablemente el pliego lo ha preparado la misma persona.

Estamos frente a uno de los peores ejemplos de periodismo que he visto últimamente. Aquí vamos más allá de la manipulación de una noticia: estamos frente a la creación de una noticia donde no hay ninguna, a la ocultación de datos importantes para comprender el contexto de las cosas (ni se menciona cuantas personas comen en la cafetería), a una personalización maliciosa (se pone el nombre de Díaz en el titular, como si de la cafetería se ocupara ella)x, a un “digo y no digo” que insinúa allí donde no puede decir nada. Una vergüenza. Periodismo basura. 

Y lo peor, como siempre: habrá gente que se lo creerá e incluso tras hacerles las cuentas y explicarles las cosas seguirán creyéndolo. La irracionalidad y el doublethink imperan.

Monday 21 March 2022

Algo más sobre el sesgo de confirmación

 

Hace unos días un periodista que se encuentra en Kiev para cubrir la guerra de Ucrania habló de una experiencia que le dio la medida de lo lejos que puede llegar la desinformación. El gerente del hotel donde se alojan en Kiev tiene una hermana que vive en Moscú y durante una llamada telefónica le contó los bombardeos de edificios civiles de que había sido testigo. La hermana no sólo no lo creyó, sino que se enfadó mucho, acusando al hermano de mentir y de difundir propaganda occidental. La televisión rusa había dicho claramente que no había bombardeo de edificios civiles, por tanto el hermano se equivocaba y, dado que sostenía haber visto los bombardeos personalmente, claramente mentía, y la única razón que podía tener de mentir era difundir propaganda anti-rusa.

Se trata de un caso extremo, pero instructivo. Alguien cree más fácilmente en lo que cuentan las televisiones y la prensa que en lo que su propio hermano le dice que ha visto con sus propios ojos. Se trata de un caso extremo de sesgo de confirmación (confirmation bias): escuchamos y confiamos en las fuentes que confirman nuestras ideas preconcebidas, y nos negamos a reconocer las fuentes que las ponen en entredicho. 

El caso puede ser extremo, pero es un ejemplo muy claro de un riesgo que todos corremos. El sesgo de confirmación no es una rareza o una peculiaridad de pocos: es un rasgo psicológico que todos compartimos. Lo que sí podemos hacer es darnos cuenta del riesgo e intentar paliarlo. Cuando oímos a un adversario político decir algo que no se conforma con nuestras ideas, es muy fácil decir "miente" o "está manipulando". Deberíamos evitarlo. Lo ideal sería buscar información fiable, los que en ciencia se llaman los "datos primario" e intentar formar nuestra opinión sobre el tema. Nuestra opinión será, naturalmente, "coloreada" por nuestras ideas, pero por lo menos la formaremos sobre datos ciertos, y no pensaremos "blanco" sólo porque un adversario político ha dicho "negro".

El espiritu crítico es importante, y las personas con espiritu crítico habrán notado una paradoja en lo que acabo de escribir: he propuesto como ejemplo de sesgo de confirmación un ejemplo que quien me lee conocerá, imagino, sólo por haberlo leído aquí. ¿Cómo podemos saber que ese ejemplo es real? Incluso yo, quien lo he reportado, sé sólo lo que un periodista en Kiev ha comentado, y el ha reportado lo que el dueño del hotel ha contado. Ninguno, ni usted, ni yo, ni el periodista, ha asistido a la llamada. Por tanto, el mismo ejemplo que uso para hablar de sesgo de confirmación puede ser un ejemplo de este sesgo: ¿me lo he creído sólo porque confirma mis ideas sobre el peligro del sesgo de confirmación? 

Es posible, claramente, por tanto no puedo dar el ejemplo como absolutamente cierto. Es posible que la llamada de que hablo no se haya hecho nunca o que su contenido haya sido completamente diferente. Mis ideas sobre el peligro del sesgo de confirmación, claramente, quedan.

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