Tuesday 15 February 2022

¿Es VOX un partido fascista?

 ¿Es VOX un partido fascista? La respuesta depende en parte de lo que entendemos con “fascista”. Si utilizamos una definición muy reducida y llamamos “fascista” sólo el partido liderato por Mussolini entre las dos guerras mundiales, entonces ningún partido fascista existe, ni puede existir, dado que en Italia la constitución prohibe la reconstitución “bajo cualquier forma” del ilegalizado partido fascista. Pero se trata de una definición demasiado reductiva, un poco como decir que la sauna finlandesa sólo se puede hacer en Finlandia. Tampoco podemos tomar la visión, demasiado amplia, que identifica con el fascismo cualquier tipo de estado totalitario. Hubo formas de régimenes totalitarios que nada tienen que ver con el fascismo. Las dictaduras de Stalin, Mao o Pol Pot son ejemplos. ¿Cómo identificamos el fascismo y lo que significa hoy ser fascista? Aquí utilizaré la definición dada por Umberto Eco en uno de sus últimos libros (U. Eco, Il fascismo Eterno, La Nave di Teseo, 2018, traducción en Castellano disponible en ctxt). Eco lo llama el fascismo eterno o Ur-fascismo, e identifica catorce elementos que lo caracterízan. Podemos decir, con cierto grado de seguridad, que cualquier movimiento que tenga por lo menos nueve o diez de estas características se pueda definir fascista. Veámosla una a una, en relación con las políticas, el programa y las declaraciones de VOX.

  1. La primera es el culto sincretista de la tradición. El sincretismo es importante: el sincretismo no es simplemente la juxtaposición de creencias diferente, el sincretismo tolera las contradicciones.

    Encontramos, claramente, esta característica en VOX. VOX defiende los símbolos tradicionales, defiende lo que ve cultura tradicional (los toros, por ejemplo), el Estado tradicional, y no ve contradicción en defender, por ejemplo, el apoyo a un estado fuertemente centralizado y la independencia de regiones como Madrid o Andalucía. No encuentra contradicción en su proclamada defensa de la libertad con el hecho que muchos de sus exponentes se han negado a reconocer a la gente la libertad de casarse con quien quieren.

     

  2. Este culto implica el rechazo del modernismo. El nazismo y el fascismo adoraban la tecnología, pero su apoyo a este aspecto de la modernidad era sólo la parte superficial de una ideología basada en los valores del pueblo y de la tierra, los mismos valores premodernos de VOX. VOX, así como el fascismo, rechaza el espiritu de la revolución francesa, es decir, el espiritu de la ilustración, base del modernismo. El mensaje de VOX no es principalmente un lenguaje racional: muchas de las posiciones de VOX no sobreviven a un examen racional, ni quieren hacerlo. Su objetivo es despertar emociones, no activar la razón. Este irracionalismo de base es, también, un rechazo al modernismo fundado en la ilustración.

     

  3. El irracionalismo produce el culto de la acción por la acción. VOX, así como el fascismo, mantiene cierto desprecio a la cultura, excepto donde coincide con la tradición (toros, ceremonias religiosas, etc.). Notamos en muchas intervenciones cierto desprecio para los argumentos pacatos de los intelectuales, que se ven como forma de debilidad. El hombre ideal de VOX actúa, no se para a pensar. Actúa bajo el impulso de las emociones inmediatas y si no lo hace se ve acusado de debilidad.

     

  4. El sincretismo no acepta la critica, y el desacuerdo se ve como traición. Creo que ningún partido en España habla de traición tanto como VOX. Quien no está de acuerdo con VOX es un traidor de España. La idea que una persona que no comparte sus opiniones pueda aún así desear lo mejor para su país (y simplemente no está de acuerdo sobre que es lo mejor y como conseguirlo) no entra en los esquemas políticos de VOX. Quien no comparte su visión de España y de sus traiciones es un traidor de la patria.

     

  5. Más en general, se busca el consenso exacerbando el miedo a la diferencia. No hace falta explicar mucho en este caso: VOX usa el miedo a todo lo que es o piensa diferente, desde los inmigrantes hasta las personas LGTBI o a las feministas para fomentar su agenda. La sociedad ideal de VOX es una sociedad homogénea, sin diferencia. EL hecho que una sociedad así no ha existido nunca, ni podría existir sin desaparecer es otro aspecto del sincretismo de VOX.

     

  6. El exito del fascismo se fundaba en un apelo a las clases medias frustradas. En el caso del fascismo Italiano, esta fue la frustración tras la primera guerra mundial, en el caso del nazismo, tras la crisis de 1929. En ambos casos, se generó (y fomentó, con la propaganda) la idea que la democracia no funcionaba, que era necesaria una solución autoritaria, que un "hombre fuerte" podía resolver la situación.

    VOX es un producto similar de la crisis de 2008. Lo absurdo (aquí como en otras crisis) es que la rabia de la gente no se dirige al sistema económico que ha creado la crisis. Al contrario, el populismo fascista nace para dirigir esta rabia hacia otros objetivos (los judios o los inmigrantes, a quien se da la culpa de los problemas) para distraerlos del objetivo principal, de la verdadera causa de la crisis que ha generado la frustración. Esta es la función de la propaganda populista: en lugar de explicar los problemas reales que, en este mundo, son muchas veces complejos y poco intuitivos, se simplifica el discurso y se dirige la rabia hacia objetivos bien identificados y sencillos.

  7. Como consecuencia, el fascismo usa a menudo teorías de complot. A los que se sienten privados de una identidad, el fascismo dice que es un gran privilegio haber nacido en este país. Pero los únicos que pueden proporcionar identidad y cohesión al sentimiento nacional son los enemigos y, si no los hay, es necesario crearlos. Y si necesitan enemigos externos e internos.

    En el caso de VOX esto se traduce en la obsesión con la invasión musulmana y, en medida menor, en el euroescpticismo. Los enemigos internos (que para los nazis eran los judíos) no es difícil encontrarlos: todos los que tienen una idea diferente y que para VOX están recogido bajo la etiqueta (en verdad muy amplia) de "comunistas".

  8. Los enemigos son al mismo tiempo demasiado fuertes y muy débiles. Aquí también podemos reconocer la retórica de VOX. Los enemigos son fuertes, son los “poderes fácticos” (olvidan que los poderes fácticos más fuertes están relacionado con el sistema económico que ellos defienden, pero sobre esto véase el punto 1.), los varios complot comunistas o multiculturalistas, los inmigrantes, hasta la ONU. VOX está rodeado por enemigos en complot el uno con el otro. Por otro lado, no se puede dar a los electores la sensación que los enemigos son demasiado fuertes. Son fuertes, pero al mismo tiempo son débiles, porque no son nosotros y no tienen la fuerza de nuestras convicciones.

     

  9. En el fascismo no hay lucha por la vida, sino vida por la lucha: el pacifismo es colusión con el enemigo. Creo que aquí también podemos reconocer el discurso de VOX. Los discursos de VOX no argumentan, inflaman, con los adversarios políticos no hay debate posible, hay que atacar con cualquier medio disponible, con la mentira y la manipulación, si es necesario. Y esto no se hace en apoyo a un programa político (que, en VOX, no existe), sino simplemente por la lucha. VOX, sin la lucha, no es nada. El desprecio de VOX hacia las organizaciones que buscan la paz y la convivencia, desde Amnesty International a las varias ONG que ayudan a los inmigrantes tiene como imagen especular el apoyo a fuerzas militares y las varias imágenes “militaristas” (todos recordamos Ortega-Smith con el rifle, disparando en un lugar donde ni siquiera lo podía hacer).

     

  10. El elitismo y el desprecio hacia los débiles es también una características del UR-fascismo. Es difícil encontrar un momento en que VOX no se ha metido, a pesar de su retórica, del lado de los fuertes: desde su programa económico que penaliza los servicios (útiles sobre todo para los más débiles) para conseguir reducciones fiscales (buena sobre todos para los más ricos), hasta el desprecio mostrado en ocasiones tales como la crisis de la conexión eléctrica en la cañada real. El elitismo es la ideología más sincera de VOX.

     

  11. Cada uno es educado para ser un héroe. Bueno, no sé si se puede hablar de educación en el caso de VOX, pero el culto del héroe y su asociado culto de la personalidad son sin duda presentes en su ideario. La manera en que se retrata el líder "carismatico" Abascal, o el video de Ortega-Smith disparando tienen mucho del culto de la personalidad, no muy diferente de lo que se hacía con Mussolini, y la invitación implícita a los electores para que asuman estas mismas actitudes tiene mucho de la idea de que cada uno pueda ser un héroe.

     

  12. Dado que la guerra permanente no es posible, el Ur-fascista transpone su voluntad de poder en cuestiones sexuales. Eco menciona claramente, en este apartado, el machismo y la intolerancia hacia la homosexualidad, características que reconocemos claramente en VOX.

     

  13. El Ur-fascismo se basa en un populismo cualitativo. VOX no se basa en un consenso amplio: interpreta las “verdaderas” pulsiones de la sociedad y descartas como españoles “no de bien” los que no están de acuerdo con sus políticas. VOX no necesita preguntar lo que quiere la gente, cuáles son sus problemas: VOX “lo sabe”, sus líderes son los intérpretes reales de las necesidades de los españoles, y preguntar a los españoles se vería como una traición a los líderes.

     

  14. El fascismo habla la neolengua. La neolengua es el lenguaje ficticio que G. Orwell creó en su distopia 1984. El último capítulo del libro explica su motivación y características. El punto esencial de la neolengua es la simplificación, hasta el punto de limitar rigurosamente el significado de las palabra a la sola denotación, de eliminar palabras y eliminar irregularidades. Su objetivo es transformar el lenguaje en algo banal y automático, que pueda ser usado para comunicar sin que se sea al mismo tiempo un instrumento para pensar.

    VOX no llega al punto de regularizar los verbos (ni siquiera Abascal diría tení en lugar de  tuve, ni es esto lo que quiere decir Eco en su punto 14) pero si simplifica los conceptos y el análisis hasta la banalidad. El marco conceptual de VOX es identificar, por cada problema, un culpable contra que dirigir las emociones y una solución sencilla, a menudo la eliminación del culpable identificado (solución que no funciona. Como el mismo Eco nos dice en otra ocasión: per ogni problema complesso c'è una soluzione semplice; ed è sbagliata). Los discursos de VOX no son argumentaciones, no tiene nada de análisis ni de reconocimiento de la complejidad de los problema: se trata en buena parte, de proclamas que tiene como objetivo "calentar" emocionalmente a sus electores.

 

En conclusión, encontramos claramente en VOX 13 de los 14 puntos que definen el Ur-fascismo. El punto 11 es un poco más dudoso o, por lo menos, no es tan claro como los demás. Diría por tanto que, queriendo ser generosos, VOX es un partido fascista en la proporción de 13/14.

Wednesday 9 February 2022

Sobre el sesgo de confirmación

 Desde hace un tiempo he empezado a meterme en debates en twitter, sobre todo en temas políticos del momento. Muchos son debates interesantes con personas que tienen una opinión distinta de la mia y con que se puede hablar inteligentemente y sin levantar (metáforicamente) la voz. Otros son debates que degeneran rápidamente en acusaciones genéricas (a menudo sobre temas que nada tienen que ver con el tema que estamos debatiendo), descalificaciones personales, tópicos o incluso insultos. Estos debates son aburridos y no enseñan nada, por tanto los dejo inmediatamente. Cosas de las redes sociales.

 Hay una costumbre que, según lo que he notado, es muy difundida, y que encuentro preocupante. Mucha gente para "demostrar" un argumento o validar un dato pone, como si se tratara de una prueba definitiva, un artículo de periódico. De hecho, muchas veces ni siquiera ponen un enlace al artículo, limitándose a una foto del titular. Es decir, hay muchas personas que confirman opiniones y datos sólo con titulares de periódicos específicos.

 Se trata de una costumbre peligrosa sobre todo en un país latino como España. Aquí no hay la costumbre angosajona (un poco hipócrita, eso sí) de separar claramente hechos de opinión, y muchas veces, sobre todo en los titulares, se mezclan las dos cosas para proponer un argumento de carácter ideológico. Doy un ejemplo: una portada del periódico "La Razón" (esta costumbre no es, claramente, limitada a este periódicos: es muy radicada en la prensa española, pero "La Razón" recurre a ella muy a menudo, y este titular reciente me ha llamado mucho la atención). Tras la aprobación, muy rocambolesca, de la reforma laboral, "La Razón" titulaba:

 

La reforma laboral se convalida vulnerando los derechos fundamentales

 

Ahora bien, en este titular hay un hecho indiscutible: la reforma laboral se ha aprobado. La vulneración de los derechos fundamentales es pura especulación. Hay una carta del partido de la oposición que sugiere una violación del reglamento del Congreso. Que estas alegaciones sean ciertas y que, en caso de serlo, puedan constituir una violación de derechos fundamentales, es pura especulación. Si la cosa llegara a la justicia y la justicia se pronunciara en el sentido del titular, entonces el titular sería jurídicamente justificable. Así como es se trata de una acusación muy grave dirigida a uno de los principales cargos institucionales que no tiene ninguna base factual. Está claro que se trata de un titular que no quiere informar sino despertar emociones, que quiere fomentar la rabia y no el conocimiento.

Si uno sostiene que sí se cometieron irregularidades (y es perfectamente legítimo tener esta opinión), no puede razonablemente decir que este titular "demuestra" su opinión. Uno puede admitir que su opinión no tiene ningún fundamento factual (es legítimo, aún si no muy productivo, tener una opinión injustificada), pero no puede razonablemente decir que su opinión está "demostrada" por este titular. Desde el punto de vista lógico-analítico se trata de una afirmación sin sentido.

 Y, a pesar de eso, esto es lo que vemos muchas veces en estos debates y tengo la impresión que es una manera bastante común de formarse las opiniones (admito que esta afirmación no se basa en datos comprobables; por esto la llamo una "impresión"). El problema es que, para cada tema importante, hay interpretaciones de varios tipos. En este caso, hay periódicos que interpretan que hubo irregularidad y periódicos que opinan que no las hubo.   Entonces, ¿en que periódicos me baso? ¿Por qué uno tiene que creer en los que sostienen la tesis de la irregularidad y no en los otros?

Hay aquí un problema muy conocido (y muy estudiado) que se llama confirmation bias (o, sesgo de confirmación). Se trata de la tendencia de las persona en fijarse y dar más crédito a la información que confirma sus ideas que a la que las contradice. No se trata de un defecto o de una perversión de cierta gente, sino de una parte de nuestra constitución psicológica: a todos nos gusta vernos confirmados, ver que nuestras opiniones reciben aprobación social, y todos estamos sujetos al confirmation bias. Lo importante es darse cuenta que así es, e intentar corregir el sesgo (eliminarlo del todo puede ser imposible, pero hay que intentar llegar lo más lejos posible en su atenuación).

 Las redes sociales han multiplicado el número de voces que sostienen posiciones puramente ideológicas sin el freno de la deontología profesional de los periodistas, y esta misma deontología aparece a veces en crisis frente a las presiones del mercado y al imperativo del "click". Las redes sociales han multiplicado los efectos del confirmation bias, como demuestran variosestudios.

Pero, como decía Heidegger, allí donde está el peligro también está la salvación, e Internet, si lo usamos bien, puede ser un correctivo frente al confirmation bias. Internet nos pone a disposición proclamas ideológicos, pero, gracias a Internet, muchas veces podemos acceder no sólo a voces alternativas, sino también a los datos primarios. Hoy en día, tras leer un titular como el que he mencionado arriba, nada más fácil que meterse en la página del Congreso y echar un vistazo al reglamento y a las resoluciones de la mesa. No estaremos todos de acuerdo (ni sería deseable estarlo), pero por lo menos todos nos formaremos una opinión basada en los hechos, y no en los titulares.

En esto los mismos periódicos deberían ayudarnos publicando en la edición digital los enlaces relevantes para el artículo que estamos leyendo. Si se habla de una sentencia, el periódico debería publicar un enlace a una sentencia, si se habla de una ley o de una gestión del gobierno, el periódico debería publicar un enlace a la parte relevante del BOE. Los periodistas, se supone, consultan estas fuentes antes de escribir sus artículos (si no lo hacen, no se merecen ser periodistas), así que publicar en enlace no es mucho trabajo y así los periódicos harían un verdadero servicio público aumentando la calidad del debate político en nuestro país.

 

 

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