Tuesday 11 March 2008

Luz y sombra electoral

Desde aquí donde estoy (metafóricamente) sentado, bastante a la izquierda del partido socialista, los resultados de las elecciones del 11 de Marzo 2008 se ven rodeados de luz y sombra.

La parte positiva para la izquierda es clara: la derecha no va a gobernar España durante los próximos cuatro años. (Me imagino que desde el lugar simétrico al mío, a la derecha del PP, esta se verá como la sombra más oscura.) Pero desde aquí a decir que la izquierda española goza de buena salud, el paso es largo y peligroso.

Hay varias razones de preocupación. La primera es muy evidente si miramos a los números: la derecha gana votos y la izquierda no. El PP ha subido en porcentaje, escaños y número de votos y, ya que el PP es prácticamente el único partido de derecha en España, una subida del PP corresponde a una subida de la derecha. Por contra, el PSOE ha ganado sobre todo porque ha concentrado votos de izquierda, quitándolos a otros partidos minoritarios, cuyo papel se encuentra muy reducido después de estas elecciones. En términos absolutos, me parece ver un desplazamiento de votos hacia la derecha, y la izquierda ha conseguido ganar sólo gracias a esta compactación de votos. Me parece un dado preocupante, algo que tener en cuenta en los próximos cuatro años. La situación es analoga a la de uo que gasta más de lo que gana y que para llegar a fin de mes vende el coche. En realidad no ha aumentado sus ingresos, sino ha redistribuido su riqueza (transformandola de coche a efectivo). El juego puede funcionar una vez, pero ahora ya no hay coche: el próximo mes faltará ganar más.

Es cierto que el PP ha hecho una campaña electoral muy populista, explotando el terrorismo y el aflojamiento de la economía. En este último caso, me parece vislumbrar una incapacidad de comunicación que la izquierda tiene que corregir en los próximos cuatro años. El teorema económico de Rajoy no tiene mérito, y debería ser haber sido muy fácil desmontarlo. La economía española se afloja a causa de varios factores: una crisis econímica mundial y una crisis de la burbuja inmobiliaria. Pues, la crisis económica mundial se ha originado en EE.UU. y el gobierno de España no podía hacer nada para evitarla, independientemente de quien gobernaba. De hecho, la crisis econímica se ha originado a través de los mismos mecanismos de libre mercado que el PP asume como su ideología. En cuanto a la burbuja inmobiliaria, y a la especulación sobre el precio de la vivienda, las administraciones locales que más la han favorecido se encuentran en manos del PP, así que, si el gobierno es culpable, el PP lo es doblemente. Finalmente, una mirada a nuestro alrededor nos convencerá que España es uno de los países que menos se encuentran afectados por la crisis mundial, que sigue creciendo, aún si a un ritmo menor, y esto gracias, en parte a la acción del gobierno.

Todo esto para decir que había argumentos para responder rotundamente a los ataques del PP, pero el PSOE no ha sido capaz de utilizarlos propiamente. Algo que la izquierda tiene que corregir.

El segundo dado preocupante de los resultados es la derrota de los partidos "minoritarios" y el fortalecimiento del bipolarismo. Los afectados por este fenómeno son sobre todo ciertos partidos nacionalistas y Izquierda Unida. De todo esto se puede dar, en parte, una lectura en clave de política de las autonomías. El calo de Esquerra Republicana puede ser debido a su actitud frente al gobierno de España, y los electores pueden haber castigado su intransigencia. Esto es posible y, sin duda, ha sido un factor. Pero queda, sobre todo, la posibilidad del "voto útil". Frente a la posibilidad de una victoria del PP la izquierda ha decidido fortalecer el partido con más posibilidades de victoria, desplazando votos de los pequeños a los grandes. Si este es el caso (y habrá que analizar el voto con atención en los próximos meses) España podría moverse hacia un sistema bipolar casi puro, con dos partidos que se alternan al gobierno y los demás alejados del poder y de las decisiones. Ya la derecha no tiene prácticamente opciones fuera del PP. La izquierda podría encaminarse por el mismo camino.

Este camino representaría un empobrecimiento considerable del debate político en España, y un vaciamiento del proceso democrático. La democracia debería ser algo más que elegir el partido que se considera el mal menor. Un bipolarismo puro nos llevaría a una situación muy parecida a la de EE.UU., donde ha generado una "carrera hacia en centro" que ha vaciado los partidos de su personalidad política. Los electores de derecha (para los Republicanos) y de izquierda (para los Dem'ocratas) se consideran como adquiridos, y la acción de los partidos se dirige sólo hacia los precioso indecisos del centro. La consecuencia es que en EE.UU., en 2000, antes de las diferentes posiciones sobre la guerra en Irak, era prácticamente imposible distinguir los Republicanos de los Demócratas. Siguiendo el camino hacia el bipolarismo España está en riesgo de vaciar de manera análoga su sistema político. Hasta ahora la posibilidad que el PSOE perdiera votos a favor de Izquierda Unida ha favorecido una política social de alguna forma izquierdista del gobierno. Si los partidos pequeños desaparecieran, la vocación izquierdista del PSOE también será en peligro. A derecha podría suceder algo análogo.

El debate político de las elecciones de 2012 podría reducirse a decidir si preferimos un presidente con barba (Rajoy) o sin barba (Zapatero). No sería la vieja URSS de un solo partido, pero casi.

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