Friday 24 August 2018

Sacar a Franco

El gobierno de Pedro Sánchez ha aprobado hoy (escribo el 24 de Agosto) un decreto ley que permite exhumar el cuerpo del dictador Francisco Franco de la tumba-mausoleo que tiene en el complejo del Valle de los Caídos, cerca de Madrid.

Prima facie, parece una medida con que casi todo el mundo (a parte una minoría de nostálgicos) debería estar de acuerdo. El año pasado una proposición no de ley con que se instaba el (entonces) gobierno Rajoy a proceder a la exhumación fue aprobada con los votos positivos de todos los partidos con la excepción del PP que se abstuvo. Nadie votó en contra.

Por otro lado, ahora que la medida tiene posibilidades de llevarse a cabo, las cosas han cambiado bastante. Ciudadanos y el Partido Popular se han manifestado en contra de la medida: C’s ha declarado que se abstendrá, mientras el PP no sólo votará en contra, sino que amenaza de recurrir el decreto ley.

El argumento del PP es una obra maestra de duplicidad política. Su argumento principal es que el recurso al instrumento del Decreto Ley por parte del gobierno es ilegítimo en cuanto la constitución reserva este instrumento para asuntos “urgentes”, y la exhumación no reviste, sigue el PP, carácter de urgencia.

El partido olvida que el gobierno Rajoy (con mayoría del PP) hizo, entre 2012 y 2018, un uso tan masivo y abusivo del Decreto Ley que el Tribunal Constitucional dictó contra ese gobierno dos sentencias de inconstitucionalidad. Una para la amnistía fiscal y una, más general, para el uso abusivo que el gobierno hacía de los decretos ley. Parece que para el PP no valen las mismas normas que para los demás partidos, un punto de vista a que ya nos tienen acostumbrados.

La oposición de Ciudadanos parece más oportunista. Hace un año, cuando se produjo la votación en el congreso, el PSOE estaba en su momento más débil, y cada nueva encuesta revelaba una pérdida importante de votos. En esa situación, asumir una posición “de izquierdas” sobre un asunto simbólico como la exhumación de Franco podía servir a Ciudadanos para captar parte del voto que se iba del PSOE. Ahora la situación ha cambiado: las encuestas presentan un PSOE fuerte (que esta fuerza sea real y no un efecto “luna de miel” queda por ver) y un PP débil que además, con la llegada de Casado, se ha desplazado a la derecha. Se ha abierto así un espacio político a la derecha de Ciudadanos en que es posible que el partido pueda conseguir votos; un espacio, en este momento, mucho más prometedor que el espacio a la izquierda entre Ciudadanos y el PSOE. En esta situación, tomar posiciones demasiado “de izquierda” puede no ser rentable para el partido de Rivera.

A esto hay que añadir que el año pasado, con Rajoy en el gobierno, la proposición no de ley era nada más que un gesto simbólico, sin consecuencias prácticas (la probabilidad que un gobierno del PP saque al dictador del mausoleo es prácticamente nula) y, por tanto, sin coste político. Ahora que se trata efectivamente de exhumar a Franco, ahora que sí se puede hacer, el coste político en un país como España, con una derecha muy anclada al pasado, puede ser relevante, y ni el PP ni C’s, en el medio de una lucha por la hegemonía de la derecha, quieren arriegarse a pagarlo.

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