Monday 21 March 2022

Algo más sobre el sesgo de confirmación

 

Hace unos días un periodista que se encuentra en Kiev para cubrir la guerra de Ucrania habló de una experiencia que le dio la medida de lo lejos que puede llegar la desinformación. El gerente del hotel donde se alojan en Kiev tiene una hermana que vive en Moscú y durante una llamada telefónica le contó los bombardeos de edificios civiles de que había sido testigo. La hermana no sólo no lo creyó, sino que se enfadó mucho, acusando al hermano de mentir y de difundir propaganda occidental. La televisión rusa había dicho claramente que no había bombardeo de edificios civiles, por tanto el hermano se equivocaba y, dado que sostenía haber visto los bombardeos personalmente, claramente mentía, y la única razón que podía tener de mentir era difundir propaganda anti-rusa.

Se trata de un caso extremo, pero instructivo. Alguien cree más fácilmente en lo que cuentan las televisiones y la prensa que en lo que su propio hermano le dice que ha visto con sus propios ojos. Se trata de un caso extremo de sesgo de confirmación (confirmation bias): escuchamos y confiamos en las fuentes que confirman nuestras ideas preconcebidas, y nos negamos a reconocer las fuentes que las ponen en entredicho. 

El caso puede ser extremo, pero es un ejemplo muy claro de un riesgo que todos corremos. El sesgo de confirmación no es una rareza o una peculiaridad de pocos: es un rasgo psicológico que todos compartimos. Lo que sí podemos hacer es darnos cuenta del riesgo e intentar paliarlo. Cuando oímos a un adversario político decir algo que no se conforma con nuestras ideas, es muy fácil decir "miente" o "está manipulando". Deberíamos evitarlo. Lo ideal sería buscar información fiable, los que en ciencia se llaman los "datos primario" e intentar formar nuestra opinión sobre el tema. Nuestra opinión será, naturalmente, "coloreada" por nuestras ideas, pero por lo menos la formaremos sobre datos ciertos, y no pensaremos "blanco" sólo porque un adversario político ha dicho "negro".

El espiritu crítico es importante, y las personas con espiritu crítico habrán notado una paradoja en lo que acabo de escribir: he propuesto como ejemplo de sesgo de confirmación un ejemplo que quien me lee conocerá, imagino, sólo por haberlo leído aquí. ¿Cómo podemos saber que ese ejemplo es real? Incluso yo, quien lo he reportado, sé sólo lo que un periodista en Kiev ha comentado, y el ha reportado lo que el dueño del hotel ha contado. Ninguno, ni usted, ni yo, ni el periodista, ha asistido a la llamada. Por tanto, el mismo ejemplo que uso para hablar de sesgo de confirmación puede ser un ejemplo de este sesgo: ¿me lo he creído sólo porque confirma mis ideas sobre el peligro del sesgo de confirmación? 

Es posible, claramente, por tanto no puedo dar el ejemplo como absolutamente cierto. Es posible que la llamada de que hablo no se haya hecho nunca o que su contenido haya sido completamente diferente. Mis ideas sobre el peligro del sesgo de confirmación, claramente, quedan.

1 comment:

Anonymous said...

Vaya truño de post...
¿En serio alguien se lee estas mierdas?

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