Wednesday 6 March 2013

Un mundo sin Chavez

Hugo chavez ha muerto, dejando un hueco que será muy difícil rellenar. Ni su sucesor designado, Maduro, ni el líder de la oposición parecen tener una personalidad suficiente. Porque, con Chavez, de esto se trataba, de personalidad. Una de esas personas, como dicen los Americanos, “larger than life”, una personalidad que parece salir de una novela de su amigo García Márquez. Una personalidad que sólo América Latina podía producir.

Basta compararlo con Rajoy, ese contable gris de los recortes, con la vulgaridad sin grandeza de Montoro, con el falso tecnicismo de de Guindos. Visto desde un país donde el Presidente del Gobierno está permanentemente incomunicado, donde Cospedal tartamudea frases incoherente frente a las preguntas de los periodistas, los proclamas altisonantes de Chavez tenían algo de majestuoso, incluso cuando su contenido dejaba mucho que desear.

Podríamos pasar una semana mencionando los defectos de Chavez. Autoritario, sin duda. Difícil imaginar que escuchara a alguien. Difícil pensar que tuviera un gran respeto por el proceso democrático, incluso si hay que decir que sus adversarios tampoco tienen mucho, ya que intentaron desalojarlo con un golpe de Estado. Chavez ha muerto sin poder contestar la respuesta más difícil, la que determinaría si se trataba de un presidente autoritario o de un dictador: ¿Qué pasaría el día en que perdiera las elecciones? Se trata de una pregunta importante para saber quién fue de verdad Hugo Chavez, una que se quedará sin respuesta.

Pero si Chavez fue un presidente autoritario (algo usual en América Latina), fue también algo nuevo: un autoritario que está del lado de los más pobres, un autoritario del lado de los desfavorecido. Nuestro pequeño contable con barba gris, nuestro patético ejecutor de las órdenes alemanas, es sin duda un Presidente del Gobierno tan democrático como Chavez (o quizás no: Chavez una mayoría mayoría absoluta "real" en el Congreso, no una conseguida con tan sólo el 44% de los votos), pero trabaja del lado de los que más tienen, a costa de los desfavorecidos. Chavez era una figura a veces cómica, que pero ha intentado hacer mucho para los que peor están. A veces lo ha conseguido, a veces no.

Quizás la única figura en Europa que se acerca, por carisma, a Hugo Chavez es Silvio Berlusconi, él también una figura de alguna manera “larger than life”. Así como Berlusconi, ciertos aspectos de la personalidad de Chavez resultan excesivos, incluso desagradables. Cómo Berlusconi Chavez atacaba cada vez que se sentía atacado en un punto débil. Cómo Berlusconi era un Presidente autoritario, si bien Berlusconi lo fue para favorecer a los ricos, máxime al más rico de todos: él mismo. Chavez no.

Quizás, en cierta medida, Chavez fue un Berlusconi. Pero fue un Berlusconi de los pobres, y esto es muy importante.

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