Tuesday 16 August 2022

Los "argumentos" en contra del matrimonio egalitario

Hay problemas sociales en que uno, a pesar de no compartir una opinión, puede entender las dudas y los argumento de las dos partes. El aborto es uno de estos. He estado y sigo estando firmemente en favor del derecho a decidir, pero entiendo las dudas ética de quien no estéa de acuerdo.

Creo que a nadie le gusta el aborto. A todos nos gustaría vivir en un mundo en que ninguna mujer tenga que llegar a esta decisión dramàtica. Pero tenemos que tener la honestidad intelectual de reconocer que no vivimos en ese mundo y que, en el mundo en que vivimos, el aborto es, si no la alternativa mejor, por lo menos la menos mala.

Hay cuestiones en que, por otro lado, es difícil entender los argumentos de los que se oponen, dado que se trata de garantizar libertades y derechos que no quitan nada a nadie. El matrimonio paritario es una de estas cuestiones. No he conseguido, nunca, encontrar un argumento en su contra que pasara el màs superficial de los anàlisis racionales. Permitir a dos hombres o a dos mujeres casarse no quita nada a los derechos y a la libertad de los heterosexuales, por tanto es difícil, si no imposible, encontrar un sentido a quien quiere negar a las personas el derecho a casarse con la persona que quieren. Recogo aquí algunos argumentos, e intento explicar por qué me parece que ninguno de ellos tenga sentido.

El matrimonio es una unione entre un hombre y una mujer, siempre ha sido así

Este es un argumento muy común, el argumento "de la tradición". Hay que empezar diciendo que se trata de una tradición muy específica, relativa a la cultura griego-romana. Muchas culturas han practicado la poligamía, menos la poliandría. Incluso dentro de la tradición griego-romana hay religiones (los Mormones eran polígamos hasta que EE.UU. puso la monogamía como condición para que Utah pudiera ser Estado de la Unión), o varias sectas religiosas (los Davidian de Waco). Pero es cierto que la gran mayoría del mundo cristiano siempre ha reconocido el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer. Quien defiende la tradición olvida a menudo que las tradiciones también nacen. Lo que hoy es una tradición ha sido, en algún momento de la historia, algo nuevo, y si en ese momento hubieramos tenido mucha gente como ellos la tradición que tanto aman nunca habría nacido. La tradición nace dal cambio, y negar el cambio es negar también la tradición. Un "fin de la historia" de Fukuyama de Bar.

Estoy de acuerdo que los homosexuales tengan uniones con todos los derechos, pero que no lo llamen matrimonio

La pregunta que viene natural es: ?`Y por qué no? Los casos son dos: o el matriminio homosexual es una institución exactamente igual al matrimonio heterosexual--y entones no hay ninguna razón para darle otro nombre---o no lo es---y en este caso hay una discriminación que tenemos que eliminar. Los nombres identifican las cosas, y cosas con nombres diferentes son diferentes. Si la unión homosexual es lo mismo que el matrimonio homosexual (y si no lo es estamos frente a una discriminación) tiene que tener el mismo nombre. Stat rosa pristina nomine, nomina nuda tenemus

La palabra matrimonio viene de mater, por tanto dos hombres no se pueden casar

Si, parece increible, pero he oído también este absurdo argumento etimológico. Imagino que, por coherencia, quien lo sostiene sostendrà también que dos mujeres si se pueden casar y que, por otro lado, una mujer no puede tener un patrimonio

Una unión homosexual no puede ser un nmatrimonio, en cuanto la base del matrimonio es la procreación

Imagino que, por coherencia, estas personas opinen también que una persona estéril no se puede casar, en cuanto su matrimonio no puede procrear. Estos son unos pocos argumentos. Otros que he oído son hasta peores. Es difícil justificar la oposición a una medida que no quita derechos ni libertades a nadie y que por otro lado otorga derechos y libertades a alguien. A veces uno tiene la impresión que las verdaderas razones son otras. El odio y el miedo a quien es diferente de nosotros y el deseo exclusivo de ciertos derechos: hay gente que no sólo quiere derechos: quiere al mismo tiempo que otros no tengan los mismos derechos. Para algunos, denegar derechos a otros da (así le parece) màs valor a los suyos. Es un punto de vista absurdo e insolidario. Y creo que para superarlo podemos tomar ejemplo justo de la comunidad LGTBI. Yo, heterosexual, he vivido muchos años en un barrio con fuerte presencia homosexual. He tenido homosexuales como amigos, conocidos, o personas encontradas casualmente en bares. Nadie, nunca, ha intentado converncerme que hubiera algo malo en mi sexualidad ni mucho menos intentar "curarme". Tomemos ejemplo.

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