Es importante interpretar correctamente los datos y no repetir simplemente cifras fuera de contexto. Estos días, hemos oído hablar de una cifra de 47.000 muertos, derivada de
datos del INE. Es importante entender que quiere decir esta cifra y como interpretarla correctamente. Por ejemplo, si comparamos la mortalidad de 2020 con la de 2019 hay un exceso de unos 45.000, es cierto. Por otro lado, si comparamos 2018 con 2019 notamos que (en el mismo periodo) hubo 10.000 muertos más en 2018 que en 2019. ¿Pasó algo en 2018? Pues, no: se trata de la normal variación de un año a otro. No todos los años las condiciones son exactamente las mismas, y no todos los años muere el mismo número de personas.
Si miramos los datos del INE, notamos una "banda" de variación de unos 10.000 muertos más o menos, según el año. Por tanto, nos preguntamos: ¿cuánto fuera de la banda de "normalidad" están los datos de 2020? El extremo superior de la banda son los datos de 2018, y 2020 está más o menos 35.000 muertos por encima de la banda.
Podemos confirmar esta estimación consultando el informe MoMo de mortalidad en que, en lugar de reportar los datos de todos los años, se considera un valor esperado basado en la media de los años precedente. El exceso de mortalidad no se mide respeto al año anterior (que puede ser, como en este caso, un "outlier") sino a una media pesada de los años anteriores. WL informe MoMo confirma que el exceso de mortalidad respeto al valor esperado está alrededor de 35.000.
Si consideramos que hubo muerte adicionales no por covid sino por falta de acceso a servicios médicos (por ejemplo: trombosis causada por falta de revisiones de sintrom), vemos que la cifra de 27.000 muertos que resulta en el informe de sanidad es perfectamente compatible con un exceso de mortalidad de 35.000.
Lamentablemente, parece que estamos en presencia de un nuevo deporte nacional: se oye una cifra y, si esta se acuerda a ciertas ideas preconcebidas que tenemos, o si nos ayuda en una determinada posición política, la asumimos y la repetimos sin intentar interpretarla correctamente, sin ni siquiera ponerla en el contexto en que se ha derivado.
Me permito aquí una petición: cada vez que leen un dato en un periódico o lo oyen en televisión, pregunten siempre como se ha conseguido este dato, cual es el contexto, si el dato es estadísticamente significativo o se trata de un "outlier", como en este caso (2019 es un año que tuvo muchas menos muertes que la media). A veces no es fácil interpretar correctamente los datos, y a veces no disponemos de los instrumentos conceptuales para hacerlo. Si este es el caso, la persona prudente no toma el dato como un absoluto, y hace jugar un papel importante a uno de los bienes más preciosos que tenemos: la duda. A veces suspender el juicio es lo más racional que se pueda hacer, sobre todo en una situación compleja como la que estamos viviendo.
P.D. (10 de Agosto)
Una circunstancia reciente pone en evidencia el peligro de leer los datos del INE sin analizarlo, como si el exceso de mortalidad se tradujera inmediatamente en el número de muertos por covid-19. En las últimas semanas, el exceso de mortalidad se ha reducido en unas 2.000 personas. Si no analizáramos los datos y los tomáramos simplemente como el número de víctimas de la covid-19, entonces habría que admitir que el número de víctimas se ha reducido en 3.000 personas. Evidentemente un absurdo.
Por tanto, cuidado: la mortalidad y su exceso es un dato que cambia y que depende de una multiplicidad de causas. No se puede simplemente asumir que si el exceso de mortalidad es X, hay X víctimas de la covid-19.
P.P.D (11 de diciembre)
Hace un par de dáis el INE ha publicado unas estadíaticas de mortalidad entre Marzo y Abril que parece indicar, a una primera lectura superficial, que hubo 45.000 muertos por covid, muchos más de los 27.000 de las cifras oficiales. Hay que interpretar estos datos con prudencia.
De esto 45.000 muertos, 18.000 tenían "síntomas compatibles con covid". Ahora bien, todas las enfermedades cardiorespiratorias tienen síntomas compatibles con covid y, claramente, mucha gente moría de estas enfermedades antes de la epidemia. Sin ir más lejos, la gripe (enfermedad que tiene "síntomas compatibles") causó el año pasado 6.000 víctimas. Si este año ha provocado un número parecido de muertos (y no hay razón para pensar que no lo haya hecho), por lo menos 6.000 de esas 18.000 muertes no son debidas a covid. Una estimación razonable es que sólo un tercio de esas 18.000 personas con síntomas compatibles ha muerto por covid, sobre todo considerando que desde medidaos Abril se hacía una PCR a todas las muertes sospechosas.
Esto dejaría en número real de víctimas en unas 33.000, muy en línea con mis consideraciones en este escrito. Dos cosas hay que notar.
La primera: no es correcto usar la cifra de 33.000 (mucho menos la de 45.000 ) cuando comparamos España con otros países. Si España ha subestimado el número de víctimas en un 20%, como parece haberlo hecho, es probable que por las mismas razones los otros países también lo hayan hecho. Es decir, es incorrecto asumir que los datos oficiales de España subestiman las muertes pero lso de otros países (conseguidos usando los mismos protocolos) no lo hacen. Para comparar, hay que comparar datos oficiales, conseguido con los mismos protocolos.
La segunda: el día en que el INE publicó los datos, la prensa dijo correctamente que 18.000 de los 45.000 muertos tenían síntomas compatibles con covid. Al día siguiente, ya los 45.000 se habían transformado en muertos "por covid". La gana de simplificar, la superficialidad, la exigencia de dar las noticias rápidamente y de forma sencilla puede llevr a cometer errores como este, errores que impiden que la gente evalúe bien la situación. Un punto de demérito para la prensa.