La Cancillera Alemana
Angela Merkel sostiene que España tiene que recortar más en sanidad y
educación, y deja claramente entender que cualquier ayuda a su desastrada deuda
pública será condicionada a la implantación de recortes como estos. Se trata de un salto cualitativo
importante e inquietante.
Con esta declaración, la
Sra. Merkel ya no está poniendo unos objetivos macroeconómicos que el país
tiene que cumplir: está directamente dictando la política económica y social
que el gobierno español tiene que seguir. Hay muchas maneras de reducir el
déficit: se puede recortar en educación y sanidad (como, desgraciadamente, ya
se ha hecho), se puede recortar en otras cosas (que se... los beneficios a la
iglesia o los cargos políticos), se pueden subir los impuestos (sobre todo a
los más ricos, como sería justo). La decisión sobre lo que hay que hacer es una
decisión de soberanía nacional, que debería decidir el gobierno elegido por los
españoles.
Por poco que me gusten sus decisiones, el Sr. Rajoy es el legítimo presidente del gobierno, recibió votos de los españoles. La Sra. Merkel no. El Sr. Rajoy tiene una legitimidad democrática relativamente limitada (consiguió el 44% de los votos, lejos de la mayoría absoluta que tiene en el congreso) pero, mientras que no cambiemos el sistema electoral, es lo más cerca que tenemos a un gobierno democráticamente elegido. Con estas declaraciones, una nación extranjera, una nación que en muchos sentidos está sacando partido de las dificultades de España e Italia, nos impone medidas sociales.
Con estas declaraciones se acelera la erosión de la soberanía nacional provocada por los mercados. La legitimidad democrática, ya reducida por un sistema electoral poco representativo, se reduce a una charada. Nuestra prima de riesgo está en las manos del Sr. Draghi, y ahora, parece, nuestra sanidad y educación en las de la Sra. Merkel. ¿Podemos decir que tenemos un sistema democrático cuando el gobierno del país no puede tomar decisiones? Muchos de nosotros están en profundo desacuerdos con las decisiones del gobierno actual, y están intentando causar su dimisión a través de la presión social. Pero, ¿para qué, si cualquier gobierno no puede hacer otra cosa que recibir las órdenes del BCE, del FMI y de la cancillería alemana?
La situación en que nos encontramos se parece a la de muchos países latinoamericano en el siglo XIX, tras la independencia, cuando gobiernos formalmente nacionales seguían a la letra las instrucciones de Inglaterra (y, más tarde, de EE.UU.). Ya hemos visto en qué situación una tal dependencia ha dejado estos países.
A menos que el no reaccionemos, a menos que reafirmemos que las decisiones fundamentales de un países pertenecen a sus ciudadano, nos transformaremos pronto en una colonia de Alemania y de los mercados. Y ni Alemania ni los mercado están trabajando para el bienestar de los españoles.
2 comments:
El gas que sale (o salía, no se si cambió con Morales) de Bolivia pasaba automáticacamente de ser propiedad boliviana a ser propiedad de una empresa americana. El símil español es que una gran parte de los ingenieros que salen de españa nada mas terminar los estudios, comienzan a cotizar para el estado aleman en empresas alemanas... Igual no estamos ya tan lejos.
De acuerdo con todo menos con que el mandato de Rajoy es legítimo, ya que su elección se basó en las mentiras de su programa electoral. Lo que Europa está viviendo es lo que vivió sudamérica en los 80s y 90s. "Hay dos formas de controlar a un país: una con la espada, otra con la deuda". No debemos permitir que esto ocurra, las normas de derecho internacional permiten no pagar las deudas odiosas a los países, deudas contraídas contra los intereses de la población.
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