El 4 de Mayo habrá elecciones en Madrid, y todas las encuestas confirman que el Partido Popular será el gran ganador. No está claro si tendrá o no la mayoría para poder gobernar: mucho dependerá de la supervivencia de Ciudadanos. Si C’s conseguirá superar el 5% de los votos y conseguir, por lo menos, los 7 diputados correspondientes, es muy probable que la derecha tenga mayoría, si no, todo está todavía por ver.
Hay varias razones que explican este éxito del PP. Algunas de ellas son de simple “matemática electoral”. En 2019, en el momento de máximo auge de Ciudadanos, el PSOE ganó las elecciones y el PP se hundió. Esto significa que en Madrid C’s quitó votos casi exclusivamente al PP, y prácticamente ninguno al PSOE. Es lógico pensar que ahora que C’s se hunde casi todos estos votos vuelvan al PP.
Por otro lado, el PP
de Madrid está muy escorado a la derecha, más que en otras comunidades. La gestión de
Ayuso es esencialmente la que podría hacer VOX. Esto hace que VOX no sea una
opción tan apetecible para la derecha del PP, y reducirá mucho el trasvaso de
PP a VOX que se ha verificado en otras comunidades.
También, tradicionalmente,
en Madrid la derecha vota más que la izquierda. La participación roza el 75% en
los barrios más ricos y en general "de derechas", y se queda en el
60% en los barrios "de izquierda". El hecho que las elecciones sean
un martes y que el gobierno regional se haya negado a declarar el 4 de Mayo
festivo también los ayudará (y hay más que una sospecha que esta es la razón
real por no declarar festivo el día de las elecciones).
Pero hay más razones para este éxito previsto, y la más absurda es la siguiente: Ayuso no ganará las elecciones a pesar de su gestión irresponsable, las ganará gracias a ella. Madrid premia la irresponsabilidad, premia a quien pone el derecho a la caña por encima del derecho a la salud, a quien ignora la atención primaria y abre el interior de bares y restaurantes. Madrid es el epitome de la cultura del egoísmo, de la cerrazón y de la insolidaridad en que vivimos: a muchos madrileños les interesa sólo lo que ven y sólo lo que les afecta directamente. Los hospitales, las UCIs colapsadas no se ven, el vino en el interior de un bar, sí. "Lo que no me afecta directamente, no existe": esta es la ideología en que vivimos, y esto es lo que Madrid va a votar.
Hace unos meses, una
enfermera de Madrid publicó una carta abierta hablando de su desesperante
situación en el trabajo. Allí habló de una conversación que tuvo con el hijo de
unos amigos, un joven que se saltaba las medidas y se iba de fiesta. Lo que el
chico le dijo no podría ser más claro (cito de memoria): “a mi me gusta ir de fiestas, y en
cuanto no le pase nada a mi familia, los muertos me dan igual”. Temo que esta
sea la mentalidad de muchos madrileños. Es esta mentalidad la que premia la
nefasta gestión de Ayuso y que le dará la victoria.
En muchos casos la desinformación ha ayudado a propagar el discurso del gobierno regional, dándole esencialmente la hegemonía y difundiendo la sensación de un éxito de gestión que está muy lejos de la realidad. Hasta se ha llegado al absurdo de hablar de "milagro madrileño" para calificar el descontrol que hemos vivido en nuestra comunidad. Lo sorprendente es que los datos están allí. El dato epidemiológico que más directamente se relaciona con las medidas es el número de contagiados (el número de muerto depende también de otras variables, por tanto no es la mejor medida del éxito de las medidas. Usarlo es un poco como medir el tiempo desde la última comida usando el hambre que se tiene: el hambre depende de muchos factores por tanto, a pesar de ser una buena medida para saber cuando cenar, no es un buen sustituto del reloj para saber cuando coger el tren de las 17).
Si consideramos la incidencia acumulada desde el 1 de Julio
(más o menos cuando las CCAA recuperaron sus competencias), hasta el 1/4/2021,
Madrid tiene unos 8.200 casos por cada 100.000 habitantes: el valor más alto de
España. Es un dato que es fácil esconder si se tiene una buena máquina de
propaganda: los datos oficiales sólo dan la IA a corto plazo (IA-14 días e IA-7
días) y muchas veces hay comunidades con una IA más alta que Madrid. Lo que no
se considera es que Madrid está siempre entre las primeras dos o tres, mientras
las que hoy están por encima de Madrid mañana están muy por debajo. Así,
mirando siempre al caso temporáneamente peor, no se nota que Madrid ha tenido
una ola más larga que los demás, y que los casos se acumulan, un problema de
que hablé en ocasión del comienzo de la tercera ola.
Por ejemplo, en Madrid se
hacían comparaciones con Valencia cuando Valencia tenía una IA de 1.200 y
Madrid una de 900. No se habla mucho, por otro lado, del hecho que en poco más
de un mes Valencia ha reducido si IA a menos de 30, mientras Madrid está en más
de 250 (datos del 1/4/2021). Valencia ha aprendido la lección del desastre de
enero, cierra la hostelería a las 18 e impone estrictas limitaciones a la
movilidad. Medidas incómodas, pero que funcionan. Las cañas se pagan con
muertos.
Hay quien usa como
justificante para estos malos datos la densidad media de población en Madrid,
olvidando que la densidad media no es necesariamente la variable
epidemiológicamente más significativa: la densidad mediana lo es mucho más. Me
explico. Consideramos el caso de Alberta, en Canadá. Alberta es un territorio
enorme (660.000 Km2) con pocos habitantes (4 millones). Su densidad media es
muy baja (6 habitantes per Km2). Por otro lado, más de la mitad de los
habitantes de Alberta viven en Calgary: el resto del territorio es como si no
existiera. Desde un punto de vista epidemiológico, la situación de Alberta es
la misma que habría si fuera un estado muy pequeño que sólo incluye la ciudad
de Calgary y pocas más.
Hay muchas consideraciones
de este estilo que se pueden hacer sobre el desastre de la gestión de Madrid,
pero, como he dicho, parece que el discurso del gobierno regional se ha vuelto
hegemónico, los mensajes basados en datos ciertos y consideraciones racionales
no consiguen difundirse por encima del autobombo del "milagro". Y,
temo, no consiguen difundirse principalmente por la visión egoísta del problema
que muchos tienen y por el fenómeno de la "burbuja informativa": se
oye sólo lo que nos gusta oír, sólo lo que confirma nuestros prejuicios y
nuestras ideas preconcebida. Si lo que me interesa es salir a cenar y no me
interesa la situación en los hospitales en cuanto no me toca directamente,
pues, escucho quien habla de milagro y considero falsedad lo que dicen los que
se oponen.
Dada esta actitud de parte
de los madrileños, hay que reconocer que el gobierno de Ayuso es su gobierno
ideal. Quien aprecia las medidas populista que hacen mella en la prensa, tendrá
gobiernos populistas. Gastar dinero en reforzar la atención primaria era la
medida más necesaria, pero este dinero "no se ve". Mejor construir un
hospital inútil, sin contratar a médicos para trabajar allí, pero que permite
una bonita ceremonia de inauguración y declarar "yo he construido un
hospital". Quien se queda en la superficie de las cosas, no las analiza y
se cree estos proclamas, tiene sus representantes ideales en la Comunidad de
Madrid.
La presidente de la
comunidad ha convocado elecciones en un momento en que se siente fuerte, y las
encuestas le dan la razón. Hay quien dice que sólo un milagro podría hacer caer
su gobierno. Pero... ¿quien dice que los milagros no se pueden realizar?
1 comment:
Interesante artículo, a la par que triste.
Post a Comment