Thursday, 13 February 2025

Una relación a la academia: La nueva especie dominante

 

Estimados colegas de la academia atropológica de Arcturus, queridos amigos, estimados invitados. Es un honor para mi exponer los resultados de la reciente expedición al planeta Sol 3 (llamado por su habitantes, ignorantes del galático estándar, con varios nombres: Earth, Erde, Terre, Tierra, Terra,...).

La expedición llega cinco años arcturianos después le la del compianto Prof. Xwqwx (periodo correspondiente a cuarenta años en Sol 3) y sus resultados revelan cambios profundos ocurrido en la zoología del planeta.Todos recordarán que la anterior expedición identificó dos especies animales notables: la llamada homo sapiens (man, Mann, uomo, homme, hombre, etc. El adjetivo sapiens suscitó, y sigue suscitando, encendidos debates en cuanto no parece hacer referencia a ninguna de las características observables de la especie) y la llamada Canis Canis (dog, Hund, chien, cane, perro, etc.). La observación principal de la expedición Xwqwx fue que de las dos la segunda era claramente la especie dominante. Esta conclusión se basaba en varias observaciones inconfutables. Comparando el estilo de vida de los dos, resultó claro que los individuos de la especie homo pasan una buena parte de su tiempo en actividades poco placenteras y que, exactamente como sucedía para los reyes tiranos de nuestra historia antigua, parte de sus ganancias sirven para que los individuos canis tengan una vida placentera de ocio a cargo de los homo y sin desarrollar ninguna actividad. Su edonismo decadente llega a tal punto que ni siquiera salen solos o se ocupan de sus propios excrementos: los homo los acompañan y se preocupan de recoger las heces de los canis. Una muestra de sumisión que ni siquiera las sociedades más jerárquicas de nuestra historia han igualado.

Desde entonces una nueva especie dominante ha aparecido, una especie que tiene un interés extraordinario para el antropólogo y el zoólogo debido a sus características nunca observadas antes en una especie animal. Se trata de lo que hemos bautizado como el comunicator cupertinensis (llamado por los indígena con varios nombres: smartphone, telefonino, portable, cell phone, etc. Existe, parece, una especie relacionada: el comunicator sinensis, pero sus características son tan similares que hay discrepancia entre los científico sobre si se trata o no de una especie distinta).

Los cupertinensis son de forma rectangular (muy poco común en el reino animal), midiendo unas 300x200 unidades arcturianas (15cmx10cm en Sol 3). Un lado es una superficie plana con un número de ojos variable de uno a cuatro, el otro es una superficie de colores variables de que hablaremos a continuación.

La unicidad de este animal está en su sistema digestivo y en la completa ausencia de un sistema reproductivo. Además, el animal es incapaz de deambular. Se trata, en otras palabra, de la primera observación en vivo del muchas veces hipotizado parásito absoluto, un animal incapaz de cualquier actividad autónoma y que explota el organismo huésped para todas las funciones vitales.

El sistema digestivo del cupertinensis es único entre los animales de Sol 3, si bien algo parecido se ha observado, por ejemplo, entre las mariposas eléctricas de Aldebarán 7. En lugar de la descomposición química de sustancias orgánicas, el cupertinensis se alimenta conectando su cordón umbilical (que, a diferencia de otros animales, puede perder y volver a conseguir) a una fuente de electrones en movimiento. Dada la falta de movilidad, el cupertinensis no puede efectuar estas operaciones solo, sino que necesita constantemente un huésped homo que lo alimente.

Aún más peculiar es la ausencia de un aparato reproductivo. Se trata de la primera vez en el universo conocido que se ha encontrado una especie que depende enteramente de otra especie para su reproducción. Se conocen casos parciales tales como el cuco, en que la asistencia de otra especie es esencial (el cuco depone los huevos en el nido de otra especie), pero no se conocía hasta ahora ningún caso de una especie que no se reproduce sino que depende completamente de otra especie para, literalmente, construir nuevos individuos.

El problema principal que se pone a los etnólogos es entender como este parasitismo absoluto pueda funcionar, desde un punto de vista funcional y evolutivo. ¿Por qué la especie homo invierte tanto tiempo y energía en cuidar una especie parásita? Se trata sin duda de un fenómeno nuevo en el campo de la etnología.

Aquí entra en juego la parte lisa del cupertinensis, en la cara opuesta a la de los ojos. Hemos observado que muchos ejemplares de la especie homo (el huésped) miran casi constantemente esta superficie que, por otro lado, ya no aparece negra sino llena de colores e imágenes. Un análisis de lo que aparece en estas imágenes revela que, en su casi totalidad, no tienen ningún sentido ni utilidad. Se trata en gran parte de individuos homo haciendo cosas absurdas, corriendo detrás de una pelota o mostrando como se pintan la cara o preparan comida. Muchas presentan animales o niños. Por otro lado, pese a al inutilidad de estas imágenes, los ejemplares homo están absollutamente capturados por ellas, al punto de mirar las imágenes en lugar de hablar con sus símiles sentados a una mesa o, incluso, de mirarlas mientras están deambulando en lugar de mirar adonde van.

Se han formulado varias hipótesis para explicar este comportamiento. No está claro porqué, para cuidar este parásito, la especie esté asumiendo comportamientos claramente dañinos para la superviviencia personal y de la especie. La hipótesis más aceptada es que el cupertiniensis tenga una inteligencia varios órdenes de magnitud superior a la del homo y que por tanto consiga hipnotizarlo o de alguna manera tomar control de sus procesos mentales para plegarlo a sus deseos. Estao parece confirmado por la continua insistencia del homo en la llamada “inteligencia artificial”, algo que implica claramente una falta de confianza en la inteligencia natural---falta de confianza comprensible observando los comportamientos autodestructuvos de la especie en materia de distribución de riqueza, violencia, guerras, o destrucción del medioambiente.

El cupertiniensis es ya la especie dominante del planeta Sol 3. Ha completamente esclavisado la especie homo y la está utilizando como instrumento de su propia difusión. Es difícil prever, dada la novedad de la relación que se ha establecido entre ellas, cual será la evolución de estas especies. En circunstancias normales, una tal dependencia llevaría a la extinción del homo sapiens (habrá que cambiar el nombre de la especie, dadas las observaciones de su comportamiento) y su remplazo por el cupertinensis, así como la especie homo neandertalensis fue llevada a la extinción tras el contacto con el homo sapiens. Esto en circunstancias normales. En este caso, dada la dependencia del cupertiniensis, que depende del homo para funciones tan esenciales como la alimentación y la reproducción, es improbable que haya una extinción. Más probable es que el homo siga en su abrutimiento, separandose cada vez más del mundo social y del contacto con su prójimo, viviendo cada vez más en el mundo de las imágenes ilusorias y los colores que le proporciona el cupertiniensis.

Será el primer ejemplo de subjugación total de una especie por otra, llevada a cabo con medios puramente mentales y con la plena cooperación de la especia subjugada.

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