Los banqueros, evidentemente no satisfechos con el papel nefasto que han jugado en esta crisis económica, no se cansan de dar consejos sobre como salir de ella. Ya pareen haber olvidado que, hace sólo unos meses, estaban pidiendo ayuda al gobierno, más humildes que Enrique IV en Canossa. Ahora, pasado lo peor (para ellos) se descubren otra vez paladines del libre mercado.
Necesitamos, nos dicen, una reforma laboral, una mayor flexibilidad de los salarios. Los empresarios aplauden, y ya nos dejan ver que tipo de flexibilidad se están planteando: quiere flexibilizar una parte de los sueldos hacia sus bolsillos. ¿De verdad nos fiamos de que esta "flexibilización" irá en dos sentidos? ¿De que los empresarios españoles se transformen mágicamente en startup Americanas que darán un bonus de 100.000 Euros a un ingeniero que ha terminado productivamente su proyecto? No seamos ingenuos. Flexibilidad, como la entienden los empresarios, es una palabra clave para abaratamiento del despido y reducción de los sueldos y de las garantías sociales.
Al fin y al cabo, lo que nos proponen es muy simple. Quien, sin responsabilidad de haber causado esta crisis, ya ha pagado mucho, seguirá pagándola. Quien ha salido ganando de ella (como los altos cargos de los bancos que el año pasado se subierón el sueldo) seguirán ganando.
Hace unos meses, todos estaban tan asustados con la crisis que parecía posible plantearse, por fin, un cambio significativo del modelo económico injusto que nos han vendido durante muchos años como el único posible. Hasta se notaba una subida de la venta de libros de Keynes y Marx. Evidentemente la gente no ha leído bien lo que ha comprado, porqué, otra vez, nos están planteando "más de lo mismo" como la única solución.
El capitalismo neoliberista tiene más vidas que una pandilla de gatos.
Friday, 18 December 2009
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