Thursday, 20 February 2025

Los problema de aplicar el modelo demanda/oferta al mercado de la vivienda

 

Uno de los debates más encendidos del presente curso político, y uno de los más relevantes para la ciudadanía, es el debate alrededor del derecho a la vivienda. Los campos son, esencialmente, dos: por un lado los que opinan que una intervención por parte del estado es necesaria para que se haga efectivo el derecho a la vivienda garantizado en el Art. 47 de la constitución, y por el otro los que consideran que la intervención del estado quitaría eficiencia al mercado, y que la mejor manera de garantizar el derecho a la vivienda es aumentar la oferta---es decir, construir más casas---y dejar que la ley de la demanda y la oferta haga su trabajo. (Existe también un tercer grupo: gente a quin no le interesa que se garantice el derecho a la vivienda para todos. Prefiero no hablar de este grupo en cuanto me resultaría muy difícil hacerlo sin faltar a las normas de la buena educación.)

Hay muchos aspectos relacionados con la construcción de nuevas viviendas: impacto medioambienta, coste de la infraestructura (calles, trenes, alcantarillas---todas cosas que hay que pagar con los impuestos), perdida de calidad de vida debido a lo que los americanos llaman “urban sprawl”, tiempos más largos para ir al trabajo, mayor dependencia del coche, etc.

No quiero aquí hablar de esos problemas, cuya solución, de por si, es muy compleja. Quiero focalizarme en el mecanismo de demanda y oferta, prar intentar ver (de manera muy esquemática y exclusivamente ilustrativa) si y bajo que condiciones puede funcionar en el caso de la vivienda, sobre todo de alquiler. El mecanismo clásico, descrito ya por Adam Smith, se basa en la idea de que la oferta (la cantidad de producto que se produce) aumenta cuando su precio aumenta, en cuanto es más apetecible (si los costes no cambian) producirlo. Por otro lado, cuando el precio aumenta, la demanda se reduce, en cuanto los consumidores ya no encuentran tan apetecible la ompra. La situación se puede representar en un diagrama como el siguiente:

Las dos curvas representan la oferta y la demanda de producto en función de su precio. El punto en que las curvas se cruzan es el punto de equilibrio, que establece el precio y la cantidad que se produce.

Un problema que hay que ponerse es la estabilidad del equilibrio. En matemáticas, un sistema en equilibrio es establesi, moviéndolo ligeramente de su posición de equilibrio, el sistema vuelve a ella. Es inestable si una vez alejado ligeramente de la posición de equilibrio, este se aleja indefinidamente del equilibrio. Un ejemplo típico de sisteme estable es el péndolo. Si alejamos un péndolo de su posición de equilibrio, este empezará a oscilar con oscilaciones cada vez más pequeñas (debido a la fricción) hasta volver a la posición de equilibrio:

 

Por otro lado, el péndolo invertido se encuentra en un equilibrio inestable. En teoría en posición perfectamente vertical el péndolo está en equilibrio, pero cualquier movimiento, por pequeño que sea, hará que el péndolo se aleje de la posición de equilibrio

La diferencia entre los dos tipos de equilibrio debería ser muy familiar para cualquiera que haya probado la diferencia entre tener un palo colgado de la mano o intentar mantenerlo en equilibrio vertical con una mano.


La cuestión por tanto es: ¿el equilibrio de oferta y demanda es estable o inestable? Consideremos el caso en que el precio suba un poco, representado por el punto en la figura siguiente:

Según la teoría, la oferta se adecuará, subiendo según la línea discontínua. Ahora hay un exceso de oferta, por tanto el precio bajará. El resultado es que el equilibrio se mueve en una espiral que se hace cada vez más estrecha hasta re-establecer el equilibrio inicial: el equilibrio es estable.

Antes de seguir hay que hacer una aclaración. Aquí hemos representado la demanda y la oferta como líneas rectas. En realidad, claramente no es así---por ejemplo, por mucho que aumenten los precios, la oferta no puede aumentar sin límite (no en un planeta con recursos finitos). A pesar de ello, localmente, las curvas se pueden aproximar con líneas rectas (lo que en geometría diferencial se llama el espacio tangente). Por esto las consideraciones de estabilidad siempre se refieren a desplazamientos pequeños del punto de equilibrio (en la teoría de estabilidad se unsan desplazamientos infinitesimales).


Consideremos ahora otra situación:



Todo lo que ha cambiado es la inclinación de la curva de demanda. Que ahora se reduce mucho menos que antes cuando aumentan los precios. Como podemos ver, si alejamos ligeramente el punto de equilibrio se crea una espiral que, esta vez, se aleja indefinidamente del equilibrio: el equilibrio no es estable. La variación de la demanda cuando aumentan los precios es fundamental para la estabilidad del equilibrio, es decir, para que el mecanismo de oferta y demanda tenga la acción estabilizadora que le otorga la teoría del mercado libre. 

Una observación importante: las observaciones que acabamos de hacer no implican que en una situación inestable los precios y la cantidad disponible empiezen a oscilar describiendo una espiral. Los precios no empiezan a asubir y bajar con oscilaciones cada vez más grandes. El modelo se usa sólo para estudiar la estabilidad del sistema. En un sistema inestable, cuando el precio empieza a subir, simplemente sigue subiendo: el punto de intersección se mueve y no está fijo así como hemos asumido para estudiar la estabilidad.


Hay que observar una hipótesis fundamental en que se basa el model de oferta y demanda: los compradores pueden elegir si comprar o no el producto sin que existan factores que obliguen (o casi) a la compra. Es necesario que cuando el precio crece los compradores puedan decidir---sin demasiado perjuicio personal---que ya no vale la pena comprar: sólo así la curva de la demanda puede tener una inclinación suficiente como para garantizar la estabilidad.


Se trata de un modelo que se adapta bien a la compra de joya o de jamón ibérico, no tanto a la venta o alquiler de vivienda. El problema es que la gente, le gusten o no los precios, necesita un sitio para vivir, y esto hace que la curva de demanda reduzca de mucho su inclinación:si el precio del atún aumenta, la gente puede decidir que conviene comer lubina, pero si el precio de la vivienda aumenta, la gente sigue necesitando un sitio para vivir. El porcentaje de sueldo que la gente destina a la vivienda (ya sea hipoteca o alquiler) ha aumentado, la gente ha tenido que renunciar a otras cosas, pero no puede renunciar a un sitio donde vivir. Como hemos visto, esto reduce la inclinación de la curva de demanda y lleva el equilibrio hacia la inestabilidad.


Lo que acabo de presentar es un modelo muy sencillo, y hay muchos factores que no tiene en consideración (la necesidad de una considerable inversión inicial para la construcción; el tiempo de construcción, que supone una dinámica muy lenta entre la variación de demanda y de oferta; el efecto estabilizante de la regulación, etc.). Se trata, por otro lado, de un modelo que invita a la prudencia: el modelo oferta-demanda se creó para el mercado de bienes de consumo del Siglo XVII, un mercado con características muy diferentes del mercado de la vivienda, y que se basa en hipótess implicitas que no se corresponden con la realidad del mercado de la vivienda.


El modelo es demasiado sencillo para ser útil en hacer previsiones sobre la evolución del mercado de la vivienda. Su lección es negativa: nos dice que no podemos simplemente asumir que el modelo de demanda y oferta funcione en este caso en el sentido de llevar a un equilibrio estable de precios y oferta. Las características del mercado revelan demasiados indicios de inestabilidad para asumir, sin más, que la ley de demanda y oferta nos lleve a una solución stable y aceptable para que todo el mundo pueda disfrutar de una vivienda digna.




Thursday, 13 February 2025

Una relación a la academia: La nueva especie dominante

 

Estimados colegas de la academia atropológica de Arcturus, queridos amigos, estimados invitados. Es un honor para mi exponer los resultados de la reciente expedición al planeta Sol 3 (llamado por su habitantes, ignorantes del galático estándar, con varios nombres: Earth, Erde, Terre, Tierra, Terra,...).

La expedición llega cinco años arcturianos después le la del compianto Prof. Xwqwx (periodo correspondiente a cuarenta años en Sol 3) y sus resultados revelan cambios profundos ocurrido en la zoología del planeta.Todos recordarán que la anterior expedición identificó dos especies animales notables: la llamada homo sapiens (man, Mann, uomo, homme, hombre, etc. El adjetivo sapiens suscitó, y sigue suscitando, encendidos debates en cuanto no parece hacer referencia a ninguna de las características observables de la especie) y la llamada Canis Canis (dog, Hund, chien, cane, perro, etc.). La observación principal de la expedición Xwqwx fue que de las dos la segunda era claramente la especie dominante. Esta conclusión se basaba en varias observaciones inconfutables. Comparando el estilo de vida de los dos, resultó claro que los individuos de la especie homo pasan una buena parte de su tiempo en actividades poco placenteras y que, exactamente como sucedía para los reyes tiranos de nuestra historia antigua, parte de sus ganancias sirven para que los individuos canis tengan una vida placentera de ocio a cargo de los homo y sin desarrollar ninguna actividad. Su edonismo decadente llega a tal punto que ni siquiera salen solos o se ocupan de sus propios excrementos: los homo los acompañan y se preocupan de recoger las heces de los canis. Una muestra de sumisión que ni siquiera las sociedades más jerárquicas de nuestra historia han igualado.

Desde entonces una nueva especie dominante ha aparecido, una especie que tiene un interés extraordinario para el antropólogo y el zoólogo debido a sus características nunca observadas antes en una especie animal. Se trata de lo que hemos bautizado como el comunicator cupertinensis (llamado por los indígena con varios nombres: smartphone, telefonino, portable, cell phone, etc. Existe, parece, una especie relacionada: el comunicator sinensis, pero sus características son tan similares que hay discrepancia entre los científico sobre si se trata o no de una especie distinta).

Los cupertinensis son de forma rectangular (muy poco común en el reino animal), midiendo unas 300x200 unidades arcturianas (15cmx10cm en Sol 3). Un lado es una superficie plana con un número de ojos variable de uno a cuatro, el otro es una superficie de colores variables de que hablaremos a continuación.

La unicidad de este animal está en su sistema digestivo y en la completa ausencia de un sistema reproductivo. Además, el animal es incapaz de deambular. Se trata, en otras palabra, de la primera observación en vivo del muchas veces hipotizado parásito absoluto, un animal incapaz de cualquier actividad autónoma y que explota el organismo huésped para todas las funciones vitales.

El sistema digestivo del cupertinensis es único entre los animales de Sol 3, si bien algo parecido se ha observado, por ejemplo, entre las mariposas eléctricas de Aldebarán 7. En lugar de la descomposición química de sustancias orgánicas, el cupertinensis se alimenta conectando su cordón umbilical (que, a diferencia de otros animales, puede perder y volver a conseguir) a una fuente de electrones en movimiento. Dada la falta de movilidad, el cupertinensis no puede efectuar estas operaciones solo, sino que necesita constantemente un huésped homo que lo alimente.

Aún más peculiar es la ausencia de un aparato reproductivo. Se trata de la primera vez en el universo conocido que se ha encontrado una especie que depende enteramente de otra especie para su reproducción. Se conocen casos parciales tales como el cuco, en que la asistencia de otra especie es esencial (el cuco depone los huevos en el nido de otra especie), pero no se conocía hasta ahora ningún caso de una especie que no se reproduce sino que depende completamente de otra especie para, literalmente, construir nuevos individuos.

El problema principal que se pone a los etnólogos es entender como este parasitismo absoluto pueda funcionar, desde un punto de vista funcional y evolutivo. ¿Por qué la especie homo invierte tanto tiempo y energía en cuidar una especie parásita? Se trata sin duda de un fenómeno nuevo en el campo de la etnología.

Aquí entra en juego la parte lisa del cupertinensis, en la cara opuesta a la de los ojos. Hemos observado que muchos ejemplares de la especie homo (el huésped) miran casi constantemente esta superficie que, por otro lado, ya no aparece negra sino llena de colores e imágenes. Un análisis de lo que aparece en estas imágenes revela que, en su casi totalidad, no tienen ningún sentido ni utilidad. Se trata en gran parte de individuos homo haciendo cosas absurdas, corriendo detrás de una pelota o mostrando como se pintan la cara o preparan comida. Muchas presentan animales o niños. Por otro lado, pese a al inutilidad de estas imágenes, los ejemplares homo están absollutamente capturados por ellas, al punto de mirar las imágenes en lugar de hablar con sus símiles sentados a una mesa o, incluso, de mirarlas mientras están deambulando en lugar de mirar adonde van.

Se han formulado varias hipótesis para explicar este comportamiento. No está claro porqué, para cuidar este parásito, la especie esté asumiendo comportamientos claramente dañinos para la superviviencia personal y de la especie. La hipótesis más aceptada es que el cupertiniensis tenga una inteligencia varios órdenes de magnitud superior a la del homo y que por tanto consiga hipnotizarlo o de alguna manera tomar control de sus procesos mentales para plegarlo a sus deseos. Estao parece confirmado por la continua insistencia del homo en la llamada “inteligencia artificial”, algo que implica claramente una falta de confianza en la inteligencia natural---falta de confianza comprensible observando los comportamientos autodestructuvos de la especie en materia de distribución de riqueza, violencia, guerras, o destrucción del medioambiente.

El cupertiniensis es ya la especie dominante del planeta Sol 3. Ha completamente esclavisado la especie homo y la está utilizando como instrumento de su propia difusión. Es difícil prever, dada la novedad de la relación que se ha establecido entre ellas, cual será la evolución de estas especies. En circunstancias normales, una tal dependencia llevaría a la extinción del homo sapiens (habrá que cambiar el nombre de la especie, dadas las observaciones de su comportamiento) y su remplazo por el cupertinensis, así como la especie homo neandertalensis fue llevada a la extinción tras el contacto con el homo sapiens. Esto en circunstancias normales. En este caso, dada la dependencia del cupertiniensis, que depende del homo para funciones tan esenciales como la alimentación y la reproducción, es improbable que haya una extinción. Más probable es que el homo siga en su abrutimiento, separandose cada vez más del mundo social y del contacto con su prójimo, viviendo cada vez más en el mundo de las imágenes ilusorias y los colores que le proporciona el cupertiniensis.

Será el primer ejemplo de subjugación total de una especie por otra, llevada a cabo con medios puramente mentales y con la plena cooperación de la especia subjugada.

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