Parece que los profesores somos la causa de todos los males de España: no se nos puede despedir (y quien piensa diferente, por ejemplo los interinos que han despedido, se equivoca) y cada dos por tres se nos reprocha de trabajar poco: en la escuela los profesores tienen "sólo" 18 horas lectivas, en la universidad, donde trabajo yo, 9 o 12.
Un escándalo. Una ganga: los profesores trabajamos un par de horas al día, y luego nos vamos de juerga (o de huelga, según los días). Quiero hacer una premisa: creo que trabajar de profesor en una buena universidad es un privilegio. Un profesor en una buena universidad hace un trabajo interesante y variado, en contacto con jóvenes brillantes. Tiene una gran libertad para decidir de qué se va a ocupar en investigación, lo que va a enseñar en sus clases y como. Se trata de un trabajo apasionante, y trabajar en ello es sin duda un privilegio. Esto en una buena universidad que respeta la libertad de cátedra e investigación. Estas universidades ya no existen en España, lamentablemente, pero el trabajo sigue siendo bastante interesante.
Para que la Secretaria de Estado se reafirme en su opinión de que los profesores no trabajamos, quiero detallar mis horas de la semana precedente a la huelga.
La semana tiene 168 horas. Duermo siete horas por noche, lo que me deja 119. Tengo 12 horas lectivas semanales, y necesito por lo menos 15 de preparación: preparación de material, corrección de pruebas etc. Me quedan 92 horas.
Estoy siguiendo unos seis estudiantes con su tesis (grado, máster o doctorado), y cada uno necesita, entre tutorías y preparación, unas 4 horas semanales. Me quedan 68.
Paso unas 3 horas semanales en reuniones, 45 minutos (6 días por semana) leyendo y escribiendo email, y unas 4 horas tutorizando estudiantes de la asignatura. Quedan 56.5 horas.
También tengo mi trabajo de investigación: calculamos unas 8 horas escribiendo (artículos profesionales, un libro que estoy preparando, etc.) 10 horas de trabajo (pruebas, programación, demostración de teoremas,...), 6 horas de lecturas de artículos científicos, y 3 horas de actividades profesionales varias (sociedades científicas, organización de proyectos). Me quedan 27.5 horas.
Para ir y volver del trabajo gasto hora y media, cinco días a la semana.
Me quedan 20 horas.
Tres horas al día (incluyendo sábado y domingo). Tres horas para hacer las cosas que tengo que hacer: comer, cocinar, lavar, planchar, limpiar la casa, ir de compras, además de las cosas que me gusta hacer: dibujar, leer, hacer el amor, tocar la guitarra, salir, tomar una copa de vino, tomar un café.
No tengo tiempo. Tendré que dejar de tomar café.
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