Friday, 8 August 2025

La agonía de Cercanías

No creo decir nada nuevo si afirmo que en los últimos 15 años el estado del transporte público en Madrid se ha deteriorado notablemente. No soy usuario habitual del autobús, por tanto es posible que la EMT se haya liberado del degrado, pero el transporte por vía férrea ha subido un empeoramiento notable.

En el Metro el degrado ha sido relativamente limitado. El aspecto que más se ha notado ha sido la reducción de la frecuencia de los trenes. Antes de 2008, en hora punta, en la línea 10 transitaban 40 trenes por hora. Nunca hemos vuelto a esa frecuencia. También las averías se han hecho más frecuente, y los trenes más sucios y menos cuidado. Además, ya varias veces me ha pasado que por alguna razón muy clara el tren se para entre dos y cinco minutos en todas las estaciones.


Los problemas del Metro son nada comparado con el tsunami que ha golpeado el transporte en Cercanías, de que soy viajero habitual. En los últimos 15 años, la única extensión de las líneas ha sido la llegada del tren a la terminal T4 de Barajas. Se han reformado superficialmente algunas estaciones (principalmente maquillaje estético) y se ha intentado mejorar un poco más sustancialmente alguna más, a veces con resultados embarazosos (la estación de Recoletos lleva años con la obra de reforma a mitad; creo que todavía el ascensor no ha sido habilitado). Los trenes se han hecho viejos, son más sucios, y los signos de la edad cada vez más evidente. Además, desde hace unos años, se ven muchos trenes cubiertos de grafiti. No conozco suficientemente la organización de cercanías para saber si esto se debe a una reducción de la vigilancia o a una reducción del servicio de limpieza que los eliminaba. El hecho es que Cercanías Madrid está empezando a parecerse preocupantemente al Subway de New York en los años '90.

Aquí las averías son una realidad casi diaria, al punto que creo que empezaré a llevarme un sándwich en el tren por si me quedo bloqueado. Más de una vez me he quedado bloqueado en una estación. Las veces que Renfe nos da información (que no son muchas), la explicación es casi siempre una de las dos: avería en las instalaciones o avería a un tren. No es que la cosa deba sorprender. Tras más de una década de falta de renovación en los trenes y lo que supongo ser un mantenimiento insuficiente en las instalaciones estamos en la situación en que, como dicen los italianos, "i nodi vengono al pettine" o, como dicen los americanos usando una imagen mucho más explicita, "the shit hits the fan".

La cuestión de los trenes es curiosa. Tengo la impresión (admito que no tengo evidencia factual) que los trenes de la serie Civis (que se encuentran en la línea C4 de que son usuario) son peores que los de la vieja serie XXX que los ha precedido. Parecen averiarse más y tener, por ejemplo, más problemas en las puertas. Repito: esta es una impresión. Me puedo equivocar.

La diferencia se nota también en detalles aparentemente secundarios. En los viejos trenes la indicación de la próxima estación se hace con un panel de led situado encima de las puertas. En los Civis hay pantallas que, supuestamente, pueden proporcionar una información más completa. El problema no es sólo que las pantallas en realidad dan más o menos la misma información que los paneles (esto se está empezando a cambiar en algunos trenes), es que, mientras no he visto prácticamente nunca un panel de led que no funcionara, las pantalla, según mis estimaciones, están en función y dan la información correcta menos de un 30% de las veces. Milagros de la informática... (Aquí tampoco la cosa es muy sorprendente: esas pantallas siguen, en 2025, funcionando con Windows XP por problemas de compatibilidad que se podrían haber evitado usando Unix.)

Está claro que desde hace por lo menos 15 años la inversión en trenes de Cercanía ha sido tan escasa que no sólo no se han creado líneas nuevas, sino que ni siquiera se han mantenido decentemente las instalaciones existentes. Y si esta es la situación en Madrid, la capital, no quiero ni pensar como estarán las cosas en ciudades más pequeñas.  

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